jueves, 12 de junio de 2014

Selectividad

Los exámenes de Selectividad son pruebas escritas que deben de realizar todos los estudiantes de segundo de bachillerato para poder acceder a la universidad, tanto pública como privada, cuyas convocatorias son o en junio o en septiembre, según cuando acabes.
Aprovechando que es 12 de junio y que la inmensa mayoría de estudiantes del 96 han acabado ya sus exámenes, voy a dar mi opinión sobre estos exámenes.
Se compone de fase general (Obligatoria) con cuatro asignaturas: Lengua y literatura, Filosofía/Historia de España, lengua extranjera y una materia de modalidad a elección del alumno, más lengua cooficial en el caso de euskera, catalán y gallego. La fase específica no es obligatoria y pueden realizarse hasta un máximo de 4 ejercicios.
El resultado de la calificación se obtendrá mediante el 60% la nota media de bachillerato más el 40% de la nota que has sacado en la Prueba de Acceso a la Universidad.
Creo que esto es lo único que entra dentro de mi lógica: Qué cuente más lo que has hecho durante los dos últimos años que en unos tres días.
Vamos a pensarlo fríamente: Tienes que demostrar que mereces el nombre universitario/a en tres días, vomitar todos los conocimientos que has retenido en tu cabeza y a contrareloj. Eso por no hablar de que la mayoría de los estudiantes estudian, pero no aprenden.
¿Qué como estoy tan segura de eso? Porque yo ya he pasado esa fase y mi mayor miedo era, por encima de encontrarme con profesores que podían amargarte la vida y asignaturas imposibles, encontrarme con gente incompetente, de actitud mediocre y sólo representativa en la ESO, cuando estás en plena ebullición hormonal debido a la adolescencia.
Y mis miedos se cumplieron.
He estado en dos primeros cursos de carrera. Primero de filología hispánica y después primero de periodismo, para ser exactos. Y en ambos cursos he visto de todo: Desde gente gritando para pedir un bolígrafo sin dar gracias después,  tratar de tú a un catedrático, capacidad argumentativa por debajo del subsuelo (Bajo mi juicio, esto se agrava cuando estás en una carrera como periodismo) en la que tu arma  para defender tus ideas es insultar al otro o contestar de forma tajante un "Porque sí" o "Porque lo digo yo"
Y  como estos ejemplos, muchos más. Y sí, ciertas actitudes se dan en el instituto, pero en cierta medida es normal por la inmadurez de la adolescencia. Pero cuando ya has pasado los dieciocho y encima decides ir a la universidad, la broma deja de tener gracia, sobre todo cuando ves por ti misma el nivel de vaguería. La vaguería es lo peor de todo. Es en mi opinión el pecado capital más grave del universitario, porque si cometes ese, cometes la mayoría de los demás. Por no hablar de  lo sobrevalorada que esta la universidad. Hay una presión injustificada de ir a la universidad, como si al acabar la carrera el titulo acreditase tu coeficiente intelectual. Pero bueno, no estoy escribiendo esta reflexión sobre la universidad sino lo que ocurre justo antes de ella. Evalúan a los mejores y les califican por nota en vez de por unas actitudes. Aunque yo no vería mal que hubiese una prueba relacionada con los conocimientos supuestamente adquiridos en bachillerato. Haría dos pruebas, una de conocimientos y otra prueba de conducta. En la de conocimientos habría preguntas de cultura general, como escribir correctamente unas palabras, nombrar autores de X época con algunas de sus obras, hacer una opinión critica sobre, por ejemplo, quién consideras tú que fue el mejor rey de España y el peor etc... dentro de esa prueba habría una prueba que consistiría en una exposición, para asegurar que no sólo lo has estudiado si no que además entiendes lo que has estudiado, garantizando que has aprendido.
La prueba de conducta sería más práctica que teórica. Así nos aseguraríamos que la gente que va a la universidad va porque le apetece aprender y no a perder el tiempo.
Podría explayarme mucho más en decir como haría esas pruebas, pero eso lo dejamos para m´ás adelante en otra entrada.
Quiero dejar claro que la PAU como método me parece una tontería. Y sirve de filtro, puesto que ya no ves a tantos canis en la universidad, pero no es suficiente. Hay que concienciar a la gente que te vas a preparar para tu futuro y creo yo que debes tomártelo en serio.